Hoy en día, para sobrevivir en un entorno tan volátil donde el nivel de competencia es altísimo, las empresas basan su desarrollo en la tecnología, debiendo trabajar constantemente en la implantación de nuevas herramientas que les permitan innovar en el mercado, incrementar su valor y productividad empresarial.
Así, la tecnología en las empresas es una de las claves del éxito de las empresas del siglo XXI, apostando por filosofías y métodos de gestión innovadores y por herramientas que simplifiquen y agilicen al máximo el día a día.
Tecnología en las empresas
La tecnología en las empresas es, hoy en día, totalmente necesaria. La tecnología se convierte en la gran protagonista de empresas de todos los tamaños y sectores: desde Pymes hasta multinacionales; desde empresas de servicios hasta empresas dedicadas 100% a procesos productivos.
La tecnología es clave para que una empresa obtenga ventaja competitiva respecto al resto de empresas que actúan en su mismo entorno y satisfacen las mismas necesidades. Por tanto, hoy en día, la tecnología no es una opción, sino una auténtica necesidad.
La tecnología en las empresas se traduce en una reducción de costes, un aumento de la productividad y una mejora de la imagen de marca de la empresa.
Además, no debemos concebir la inclusión de la tecnología en las empresas como el mero hecho de comprar e invertir en nuevos productos o sistemas que agilicen la toma de decisiones y el trabajo del día a día. Se trata también de formar a los trabajadores, para remar todos hacia una misma dirección y luchar por conseguir los objetivos empresariales gracias al trabajo en equipo y el esfuerzo constante.
¿Qué es una empresa de base tecnológica?
Una empresa de base tecnológica se caracteriza porque basa su actividad empresarial en la innovación tecnológica, dedicándose a la comercialización de productos y servicios innovadores y totalmente disruptivos gracias al conocimiento científico y tecnológico, así como por la inversión en I+D+i y el personal altamente cualificado.
Para que pueda considerarse una empresa de base tecnológica, debe cumplir una serie de requisitos, reflejados en la Norma Técnica 166100:2010, entre los cuales encontramos:
- La empresa de base tecnológica debe basar su actividad económica en la producción de bienes y servicios basados en el conocimiento técnico y científico.
- Debe tener constituido formalmente un departamento de innovación con personal cualificado, dotándole de independencia respecto a organismos externos de investigación.
- Debe invertir en activos para actividades de innovación (I+D+i).
- Al menos el 15% de sus gastos se destinarán a innovación.
- Tener capacidad de transferir tecnología a otras empresas.
Asimismo, dependiendo del entorno en el que se crean, las empresas de base tecnológica se las conoce como:
- Spin-off universitarias: una iniciativa empresarial basada en el conocimiento y la tecnología innovadora. Su principal característica es que está formada por miembros de la comunidad universitaria, así como por los centros de investigación de dicha institución. El objetivo de la spin-off es explotar comercialmente los resultados de la investigación realizada.
- Start-up: un tipo de empresa de base tecnológica, cuya actividad se basa en el dominio del conocimiento científico y tecnológico. ¿El objetivo de la start-up? Introducir y explotar en el mercado ese conocimiento tecnológico desarrollado por profesionales.
A día de hoy se libra una batalla en las empresas por ver quién es la más innovadora, la más rápida a la hora de cubrir las necesidades de sus clientes, la más cool de cara a sus trabajadores, apostando por nuevas prácticas como el teletrabajo y, sobretodo, la más eficiente a la hora de tomar decisiones y optimizar procesos.
La tecnología en las empresas está más presente que nunca. Las TIC han cambiado la vida de las empresas, así como su relación con los clientes. Un gran reto, sin duda, al que debemos enfrentarnos en pleno siglo XXI.