Son muchos los que, aún hoy, son conscientes del gran valor que la tecnología puede aportar en nuestro día a día. Vamos dando por hecho cambios, avances y funcionalidades; pero, si nos paramos a pensar, todo es posible gracias a la innovación y la inclusión de la tecnología en las empresas, en las ciudades y en el uso doméstico.
Las instituciones, empresas y gobiernos de todo el mundo están focalizándose en encontrar el modo de cómo gestionar de manera más eficiente sus ciudades, apostando por un nuevo modelo de ciudad: las Smart Cities o ciudades inteligentes.
¿Qué son las Ciudades Inteligentes?
La Smart City, también conocida como ciudad inteligente, es aquella ciudad que da paso a las últimas tecnologías de la información y la comunicación (las famosas TIC), con el objetivo de proveerse de una infraestructura moderna, innovadora, eficaz y que apueste por la calidad de vida y la optimización máxima de los recursos.
De lo que se trata, en cierto modo, es de hacer una buena aplicación del Internet of Things, dando las smart cities la bienvenida al uso de objetos inteligentes.
El principal objetivo de la ciudad digital o de la Smart City pasa por:
- La mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.
- El desarrollo de una ciudad interconectada.
- Mayor eficiencia de los recursos disponibles.
- Optimización y equidad en la asignación de dichos recursos.
- Desarrollo sostenible.
Las ciudades inteligentes o Smart Cities, por tanto, son un modelo avanzado de ciudad, donde el bienestar de los ciudadanos supone el epicentro y base de la toma de decisiones de las instituciones.
De hecho, se prevé que para el año 2050, un 85% de la población habite en las ciudades. El abandono de las zonas rurales, así como el nacimiento de nuevos tipos de generaciones, como los Millennials o los Centennials que tienen a la tecnología como su principal aliado, llevan a un cambio de hábitos y costumbres, donde el Big Data, el Cloud Computing o la Realidad Aumentada, no son fenómenos del futuro, sino que son su presente, su día a día.
Ejemplos de Smart Cities
La Smart City supone, ante todo, una ciudad encaminada a beneficiar a los ciudadanos a través de los servicios tecnológicos. Se trata, por tanto, de un nuevo estilo de vida, donde las instituciones y los ciudadanos están más cerca que nunca, y donde el emprendimiento y la innovación son la base de todo.
La definición de Smart City equivale a la de un espacio urbano cómodo, sostenible, eficiente y eficaz, que basa su actividad y desarrollo en la tecnología más puntera y los sistemas de negocio y trabajo más desarrollos e inteligentes, propios de los negocios del futuro, donde la productividad laboral y la optimización de los recursos son los pilares.
Algunos de los ejemplos de ciudades inteligentes son:
- Tokyo. Considerada la Smart City por goleada. Desde la gestión energética y la urbanización inteligente, hasta la implantación de sistemas de pago a través de aplicaciones móviles en medios de transporte, centros comerciales o hipermercados.
- Ámsterdam. De esta ciudad inteligente cabe destacar su alumbrado público, que se ajusta de manera automática en función del clima y la luz del entorno. Así, las farolas consumen menos energía, traduciéndose en una reducción de costes y se potencia el cuidado medioambiental.
- Singapur. La ciudad está llena de sensores conectados a Internet, los cuales recopilan datos masivos en tiempo real sobre el funcionamiento de la ciudad: semáforos rotos, desagües inundados o atascos, por ejemplo.
Las Smart Cities abogan por poner la tecnología al servicio de los ciudadanos y de las empresas, cubriendo las necesidades como hasta ahora nunca nadie lo había logrado. En definitiva, lo que se busca es mejorar la calidad de vida de una ciudad a nivel económico, financiero, sanitario o medioambiental, entre otros.