La organización y el funcionamiento de las empresas han cambiado con el paso de los años, y con ello han aparecido nuevas formas de trabajar. Cada vez es más habitual crear equipos para trabajar en grupo en lugar de estructurar la producción de forma individual. Ya no basta con tener grandes talentos, la importancia de trabajar en equipo reside en contar con las personas adecuadas, capaces de colaborar e involucrarse en busca de un objetivo común.
La importancia del trabajo en equipo
El trabajo en equipo obtiene un beneficio doble. Por un lado, permite optimizar y agilizar los procesos de elaboración pues la gestión del tiempo es mejor y los resultados son de mayor calidad. Y por otro lado, mejora el clima laboral, ya que las obligaciones se convierten en retos compartidos que incitan a trabajar en armonía a la vez que compartes vivencias y experiencias día tras día. Pero además de estas ventajas del trabajo en grupo, existen múltiples beneficios de los trabajos colaborativos, tanto a nivel individual como grupal:
- Las habilidades y talentos se complementan.
- Aumenta el aprendizaje porque se comparten conocimientos entre unos y otros, de forma que las debilidades se fortalecen.
- Crece la confianza de tu entrono en ti y aprendes a confiar en los demás.
- El sentimiento de pertenencia se incrementa.
- Aumenta la felicidad en el trabajo al compartir el éxito de los objetivos del trabajo en equipo.
- Disminuye el sentimiento de soledad y aislamiento, formas parte de algo.
- Las metas que a nivel individual no puedes alcanzar se convierten en éxito al trabajar en equipo.
Qué es importante en el trabajo en equipo
La comunicación y la información compartida son básicas, porque trabajar en equipo requiere de la colaboración, el reconocimiento mutuo y el compañerismo en el trabajo. Para ello, además de organizar los roles en un equipo de trabajo, debemos marcar unas dinámicas de trabajo que garanticen la autoestima del trabajador así como la estabilidad laboral. Asimismo, hay que realizar una gestión de equipo adecuada y seguir las siguientes recomendaciones:
- Escuchar lo que los demás tengan que decir, tanto si parece una buena idea o mala.
- Aclarar las dudas: si hay algo que no se entiende, o no ha quedado claro, es mejor preguntar.
- Buscar los aspectos positivos de las ideas y acciones.
- Enfocar las opiniones hacia las ideas y no las personas al comentar algo que funciona o no funciona.
- Enriquecer el trabajo y las ideas del resto del equipo de trabajo.
- Luchar por las ideas propias si son correctas, pero sin exceso. Si la oposición es fuerte hay que aprender a ceder.