¿Un mundo en el que todo está interconectado? ¿Un mundo donde los objetos y las personas están más cerca que nunca e interactúan entre ellos sin ningún tipo de impedimento? Este es el paradigma de una realidad cada vez más asentada e interiorizada. Una realidad y un entorno donde las personas convivimos con objetos inteligentes, aplicándolos tanto en la vida cotidiana como en el ámbito laboral, dando paso a las Smart Offices, por ejemplo.
Descubre qué es el Internet of Things (IoT) y, sobretodo, cómo puede cambiar tu día a día.
¿Qué es el Internet of Things (IoT) o Internet de las cosas?
El Internet of Things (IoT), conocido en español como Internet de las Cosas, consiste en la interconexión de cualquier producto con cualquier otro de su alrededor. ¿Una nevera, una ventana, un reloj o, incluso, drones? Lo que sea. La tecnología forma ya parte de nuestras vidas, por lo que la existencia de los objetos inteligentes es un paso muy cercano.
Una de las principales características del Internet of Things es que los objetos cotidianos actúen y trabajen de manera totalmente inteligente y, por tanto, sean independientes del ser humano. El IoT vincula los objetos a Internet, generando toda una serie de datos e información que, hasta ahora, era impensable.
El Internet of Things (IoT) permite la interconexión entre los objetos cotidianos, siendo éstos mucho más inteligentes e independientes de la acción humana.
Un must en los negocios del futuro es, sin duda, el impulso e inversión en máquinas interconectadas, y esto es precisamente por lo que aboga el Internet de las Cosas. Ya sea en los procesos de fabricación y producción, de transporte o energía, el Internet of Things permite la creación de una infraestructura de trabajo inteligente que permita la mejora en el trabajo, el incremento de la productividad empresarial y, en definitiva, que se genere información muy valiosa que favorezca la automatización e incremente la confianza en la toma de decisiones.
Asimismo, otra de las principales aplicaciones del Internet of Things es en las ciudades, las cuales apuestan por un modo de gestión más inteligente, eficiente y sostenible. ¿Por qué esperar a altas horas de la noche en un semáforo en rojo durante tanto tiempo si no pasa ningún coche? Haciendo uso de los datos masivos o Big Data, y gracias al Internet de las cosas, esta situación se evitaría, puesto que los semáforos se irían cambiando, ya no por tiempos previamente predefinidos, sino que lo harían en función del nivel de tráfico y viandantes, evitando absurdas esperas. La aplicación del IoT en una ciudad es lo que da paso a las Smart Cities.
Internet de las Cosas: ejemplos
El Internet de las Cosas tiene múltiples aplicaciones, tanto a nivel laboral como doméstico. Con el paso de los años, la tecnología invade nuestro día a día, por lo que es importante conocer todas las utilidades que puede llegar a tener en los objetos cotidianos.
Las posibilidades que el Internet of Things o el Internet de las Cosas tiene, son muchísimas. Así, a continuación detallamos algunos ejemplos de IoT:
- Drones: muchas empresas del sector de la logística, por ejemplo, ya usan drones en su día a día para controlar el stock, hacer un seguimiento de los pedidos y lograr envíos lo más rápido posible.
- Smart Cities: semáforos inteligentes, farolas que se encienden y apagan en función de la luz del día y sistemas de riego automáticos teniendo en cuenta el clima.
- Tecnología en las empresas. En grandes empresas y pymes, la existencia de objetos inteligentes supondría una gran ventaja competitiva, puesto que ello equivaldría a una reducción de costes y tiempos. ¿Imaginas una impresora que haga pedido de tóner directamente al proveedor cuando se quede sin tinta?
- Uso doméstico: el IoT permite desde que un frigorífico detecte los alimentos que se agotan y los pide directamente a los puntos de venta, hasta que las persianas se abran y cierren automáticamente en función de la luz exterior.